martes, 25 de septiembre de 2012

Creatividad a tu medida

Cuando te digo: “Ahora, piensa en alguien creativo, quién se viene a tu mente?” ¿Cómo es esa persona? ¿Qué tiene en común y diferente contigo?

La creatividad se ha definido tradicionalmente como pensamiento original o imaginación constructiva utilizada en la generación de nuevas ideas o conceptos, o de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales.

Esta definición, como también las personas que vienen a mi mente cuando pienso en “creativos” parecen, a simple vista, bastante alejados de mí y de mi vida cotidiana. Me cuesta identificarme con esta habilidad definida de manera tan abstracta. Sin embargo, por contrapartida, en la actualidad es muy común oír frases como “tienes que ser creativo, tú puedes ser más original, etc. etc.” como si fuese algo fácil de llevar a cabo o de poner en práctica. Y hasta inclusive, en algunas ocasiones, alguien te dice: “utiliza tu creatividad”, como dando por supuesto que ese recurso ya está en ti. Y aunque estoy segura, de que los seres humanos tenemos esta potencialidad, no disfruto de ella cuando lo vivo como un imperativo social que se ha puesto de moda. Aparece como una sobreexigencia centrada en la obligación de generar soluciones exóticas que no respetan los procesos o los tiempos de cada persona.

Confío plenamente en la “creatividad personal” como la salida para construir nuevas perspectivas en un momento de crisis social. Es decir, confío en una creatividad ajustada a las necesidades de cada persona, la “creatividad a tu medida”, utilizada para avanzar solo aquel paso que necesitas dar en este momento, no todos aquellos pasos que a los demás les gustaría que des. La creatividad como respeto a tu espontaneidad, y no como una obligación. Una vez, leí en un libro, que los seres humanos dentro de los sistemas de los que formamos parte, no tenemos “problemas” tenemos “dificultades”. Y esa “dificultad” se transforma en un “problema” cuando repetimos sin éxito, una y otra vez las mismas acciones para resolverla. Quizás la “creatividad a tu medida”, empieza por revisar qué has hecho hasta este momento qué no te ha dado resultado? Y a partir de allí, ahora qué se te ocurre probar de un modo diferente?

jueves, 13 de septiembre de 2012

NUESTRA ILUSION SIN REALIDAD


¿Es real la realidad? Leí esta pregunta en el libro de Paul Watzlawick cuando estaba en la Universidad y afortunadamente esta mágica interrogación me ha acompañado como herramienta de trabajo y de vida desde ese momento. ¿Es real tu realidad? Y sino lo fuera ¿Qué otras opciones tendrías?
Las metáforas, sueños y fantasías que responden a esta pregunta favorecen el desarrollo de la creatividad y de la expresión de la espontaneidad y del aprendizaje.

Watzlawick se definía a sí mismo como un “constructivista radical”, el planteo básico del constructivismo es que la realidad no existe como hecho objetivo, sino que es una construcción más dentro de las construcciones mentales que realiza una persona a partir de la interacción permanente con su entorno.
Entonces, si la realidad es una construcción, desde dónde o cómo podemos construir realidades más saludables, más coherentes con la satisfacción de nuestras necesidades, más enriquecidas con las ilusiones y fantasías de los demás?

Ampliamos opciones cuando nos damos cuenta que nuestras posibilidades no se reducen únicamente a la realidad que vemos desde nuestras gafas. Cuántas veces nos hemos sentido bloqueados por encontrarnos con un entorno, con “una realidad” diferente de nuestras expectativas. Cuánta frustración, depresión, tristeza, enfado aparece al creer ingenuamente que es real esa realidad que estamos viviendo. Watzlawick escribía: “ Creer que la propia visión de la realidad es la realidad misma, es una peligrosa ilusión, pero se hace aún más peligrosa si se la vincula a la misión mesiánica de sentirse en la obligación de explicar y organizar el mundo de acuerdo con ella, sin que importe el mundo lo que quiera o no. La negativa a plegarse a una determinada visión de la realidad, la “osadía” de pretender atenerse a la propia visión del mundo y de querer ser feliz a su propia manera, es tachada de THINK CRIME (crimen del pensamiento)”.

Frente a este aprendido punto ciego, existen herramientas que nos ayudan a ampliar la mirada que construye nuestra realidad. Así como en algunas escuelas de psicoterapia se utilizan los reencuadres o las metáforas como herramienta, en el caso de  la psicoterapia gestalt, podemos apoyarnos en las dinámicas de “fantasías dirigidas”. La Terapia Gestalt de Fritz Perls utiliza la fantasía con cuatro finalidades principales: "1) establecer contacto con un acontecimiento, un sentimiento o una característica personal resistida; 2) restablecer contacto con una persona que no esta disponible, o con una situación inconclusa; 3) explorar lo desconocido; 4) explorar los aspectos nuevos o desacostumbrados de uno mismo (Polster, 1973/1980, p. 241).

Si por un instante fantaseas y sientes que esta realidad en la que vives, no es real ... y de repente estás en un contexto libre de limitaciones, de sobre-exigencias o  pre-conceptos morales ¿qué ves? ¿qué creas diferente? ¿Qué camino te impulsas a explorar  para conseguir aquello que necesitas?

¿Qué surge desde ti, desde tu cuerpo, desde tu emoción y fantasía si lo que ahora crees real no lo es?

Ana Mariani


Gracias a las obras maestras de Paul Watzlawick (lingüista, filólogo, filósofo y psicólogo austríaco que murió el último 31 de marzo a los 85 años en Palo Alto, California) y a Friedrich Salomon Perls (8 de julio de 1893, Berlín, Alemania - 14 de marzo de 1970, Chicago, EE. UU.) conocido como Fritz Perls, médico neuropsiquiatra y psicoanalista, fue el creador, junto con su esposa, Laura Perls, de la Terapia Gestalt. Anarquista y judío.